Mi Hijo Regresa al Cole ¿Bienvenida la Libertad?
¡Hola! Me permitís que te haga una pregunta?. ¿Sos una mamá que se dedica 100% a la crianza de tus peques y con cero o poca ayuda?. Si perteneces a este grupo, entonces seguramente estamos sintonizadas…y más si estás en mi mismo club de mamás que trabajamos desde casa.
Soy Irene de Irene Brusatin – Maternity Consulting, mamá ex infértil, ejecutivo corporativo reinventada, devenida en Business Coach para mamás que desean trabajar online, y Educadora para padres especializada en disciplina positiva.
Mi pequeña tiene poco más de 4 añitos y como mamá amo estar con ella y ocuparme del 100% de sus cositas, estar para ella incondicionalmente y satisfacer sus necesidades tanto físicas como emocionales, ser su compañera de juegos, acompañarla a sus actividades, fiestitas de cumple y play dates. Me encanta bañarla, cocinarle, cocinar con ella y convertirme en una niña más….Peeeeeero….te confieso que ¡Necesito que comience las clases!.
¿En ocasiones te pasa esto a vos también por tu cabeza?. Apenas me doy cuenta de este tipo de pensamientos mi primer impulso es sentir culpa…culpa por extrañar que esté en el cole…y aquí viene la “carne” de mi reflexión…LA CULPA ESTÁ DE MÁS. Con el tiempo y muchas lágrimas en el medio, además de haber atravesado por un largo camino de crecimiento personal, me dí cuenta de que PARA NUTRIR A NUESTROS HIJOS EN TODO SENTIDO ES NECESARIO QUE YO COMO MAMÁ ME NUTRA PRIMERO.
Durante las vacaciones escolares es un poco más complicado para mí combinar la chamba y mi tiempo personal (y ni que hablar del tiempo para “vivir en pareja”) con el cuidado de mi niña, en especial en el espacio de tiempo en que normalmente ella está en el cole. No tengo mamá, hermanas ni familia cercana y en un momento me sentí ahogada…
Mucha gente me dice “Pero si trabajás desde tu casa y nadie te “exige”¿Cuál es tu problema?”. Si bien no me atrevería a llamarlo problema, sí se trata de la necesidad de buscar el equilibrio, el espacio para poder hacer lo que me nace del corazón, cumplir con la chamba y gozar de tiempo para mí…y todo ello libre de culpas y stress.
¿Querés que te comparta mis 5 tips para organizarte entre el cuidado de tus peques, el trabajo y vos misma, sin culpas y estando segura de lo buena mamá que en verdad sos?. Acá van:
1. Conocer las necesidades de tus pequeños según su etapa evolutiva, priorizar y pedir ayuda
Cuando los niños nacen son extremadamente dependientes de mamá, de su alimento, de sus brazos y de sus cuidados… clarísimo, ¿verdad?. Sin embargo, a medida que tus peques van desarrollando, la exploración como impulso vital va tomando protagonismo en ellos. Ya van dejando de necesitar los brazos con tanta intensidad y comienzan a explorar el entorno, a hacerlo suyo y a descubrir cada cosa que los rodea…de ahí lo necesario de nuestra compañía y supervisión para protegerlos del peligro y para que sepan que estamos ahí (vaya chamba, no? y eso que no menciono en este post cuando los berrinches vienen, a partir de los 2 añitos en promedio).
A medida que nos acercamos al umbral de los 3 añitos, los peques están más listos para relacionarse con otras personas. ¿No es uno de los mejores momentos, especialmente en vacaciones, para poder hacer colectivo de mamás y turnarnos para colaborarnos en grupo?. Nos regalamos de esta manera mutuamente varias oportunidades de crear ventanas de tiempo para nosotras y nuestras propias actividades. Un “dar y recibir”.
2. Explotar tu capacidad de organización y establecer rutinas
A mayor orden y organización en nuestras agendas, destinando tiempo para cada grupo de actividades que tengamos y con rangos horarios bien definidos, es increíble como todo va tomando forma y dejamos fuera cada vez más de nuestra boca la frase de “yo no tengo tiempo para nada”. El tema de las rutinas es fascinante y son súper positivas sin llegar a ser un “entrenamiento militar”. Nos otorgan a niños y adultos tanto seguridad como predictibilidad. Te sugiero que invites a tus hijos a participar en la creación de rutinas (si estás atenta a mi página de Facebook, pronto anunciaré un Live en el que te compartiré los primeros pasos para crear rutinas exitosas sin dolores de cabeza) 😉
3. La construcción de tu “Tribu de Crianza”
Solas no podemos con todo…¿por qué no volver a lo esencial?. Desarrollando nuestra capacidad de recibir y de sabernos merecedoras, mágicamente las soluciones aparecen. Reciprocidad es una de las reglas básicas en esta vida. Contención, seguridad y alegría son los resultados. Si abrimos bien nuestros ojos nos daremos cuenta de que no estamos solas y somos capaces de crear nuestra propia tribu.
4. Implementar un “Tiempo Especial” diariamente con cada uno de tus hijos
Ante mayor tensión y atención “parcial” hacia tus hijos (muchas veces las obligaciones y el día a día nos ganan) los “comportamientos no deseados” de tus peques se incrementan…la técnica del tiempo especial diario con cada uno de tus hijos para conectar con ellos y ser parte de su mundo, al menos por 10 minutos al día, hará la gran diferencia (en disciplina positiva esta herramienta nos encanta por lo amorosa y efectiva que resulta). Presencia total y de corazón a corazón hace maravillas para bajar la intensidad de “las malas conductas” y las llamadas de atención constantes.
5. Reservar tiempo para tu propio autocuidado
Si no te nutres no tienes energía. Verás como luego de dedicarte unos minutos al día para hacer algo que disfrutes hacen maravillas con tu energía y tu estado de ánimo. Ya sé…probablemente estarás pensando “Irene, no hay nada de tiempo”…Con 10 minutos para darte una ducha relajante, escuchar música o solamente conversar con tu esposo o una amiga, con la frecuencia que puedas, notarás una gran diferencia.
Conclusión:
La clave para poder nutrir a tus hijos es nutrirte a ti primero. La llave maestra te la brindarán la planificación de tu día y la construcción de tu propia tribu.
Sin estrés y sin culpas, con una reserva de tiempo para ti será más simple y natural fluir y conectar con tu niño. Ahí es cuando el comportamiento no deseado se va…aunque volverá, pero ya tendrás herramientas para prevenir y crecer a la par de tu peque.
El tiempo sí alcanza, sólo basta proponérnoslo y saber pedir ayuda. Sabernos merecedoras y abrirnos a recibir…¿Lista para trabajar en ello hasta las próximas vacaciones?.
Cero culpa ahora y ¡A disfrutar de tu espacio! ya que antes de que lo que imaginas estarás abriendo tus brazos para recibir a tu peque de regreso en casa.